Antes del rezo del Ángelus de este domingo y en su reflexión del Evangelio de hoy en el que Jesús habla sobre la pureza, el Papa Francisco advirtió del peligro de la doble vida, de las actitudes del ritualismo fariseo que “hieren el alma y cierran el corazón”.

Al referirse a la distinción entre puros e impuros, que hacían los fariseos casi como una “obsesión” en el tiempo de Cristo, el Papa Francisco precisó que no sirve de nada lavarse las manos varias veces “si luego se albergan en el corazón malos sentimientos como la avaricia, la envidia y la soberbia, o malas intenciones como el engaño, el robo, la traición y la calumnia”.

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