«Nosotros debemos ser santos para no crear una contradicción entre el signo que somos y la realidad que queremos significar», les ha advertido el Papa Francisco, tras explicar que la santidad de la Iglesia es ante todo la santidad objetiva de la misma persona de Cristo, de su evangelio y de sus sacramentos.

Cumpliendo la voluntad de Dios Padre Yahveh, nuestro Señor Jesucristo, a todos sus discípulos misioneros nos enseñó a orar: «Padre nuestro… santificado sea tu Nombre…»

Cumpliendo la voluntad de nuestro Dios Padre Yahveh, los hijos e hijas de Yahveh Dios, santificando el Nombre de nuestro Dios Padre Yahveh, purificamos nuestra Santa Iglesia Católica.

La voluntad de nuestro Dios Padre Yahveh es que sus hijos e hijas desenmascaremos la maldad e hipocresía de los sacerdotes, obispos y cardenales que impiden santificar el Nombre de Dios Padre Yahveh.

Los cardenales corruptos han creado malignas leyes canónicas para prohibirnos a los discípulos misioneros de Jesucristo proclamar y santificar el Nombre de nuestro Dios Padre Yahveh.

Los discípulos misioneros de Jesucristo desenmascaramos a todos los esquizofrénicos sacerdotes, obispos y cardenales homosexuales y pederastas que impusieron su maligno Secreto Pontificio en el Vaticano, hasta que logramos que el Papa Francisco aboliera la maligna ley canónica que encubría los casos de violencia sexual y abuso de menores cometidos por los clérigos criminales, depravados e hipócritas.

El Cardenal Joseph Aloisius Ratzinger, como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, impuso el maligno Secreto Pontificio que financió y encubrió a los sacerdotes, obispos y cardenales homosexuales y pederastas. Benedicto XVI también impuso el maligno Secreto Pontificio que prohíbe proclamar y santificar el Nombre de Dios Padre Yahveh.

El Papa Benedicto XVI, por haber impuesto en nuestra Santa Iglesia Católica esos dos malignos Secretos Pontificios, se vio obligado a renunciar a su Pontificado. A los hijos de Yahveh nos compete desenmascarar esa maligna ley que nos impide santificar el Nombre de nuestro Dios Padre.

En Santa Rosa de Lima, a 14 de noviembre de 2021.

Hno. Alfredo Medrano, Discípulo Misionero de Jesucristo.

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