

Nuestro incondicional amor a la Santísima Madre de El Salvador, incrementa nuestro amor a nuestro Dios Padre Yahveh, a nuestro Señor Jesucristo y al Espíritu Santo.
Nuestro incondicional amor a la Santísima Madre de El Salvador, incrementa nuestro amor a nuestro Dios Padre Yahveh, a nuestro Señor Jesucristo y al Espíritu Santo.